¿Qué hacer si las contracciones se presentan en el primer trimestre del embarazo? ¿Cuándo hay que consultar al especialista y cuándo no?
En general, las contracciones uterinas son un fenómeno fisiológico, debido a una contractilidad involuntaria de las células musculares del útero, que se contrae y se relaja de forma alterna. Están provocadas por una hormona producida por la hipófisis, la oxitocina, que está activa durante todo el embarazo, pero que aumenta de forma especial en el momento de la dilatación, cuando las contracciones se intensifican para permitir el acortamiento y la dilatación del cuello del útero.
Las contracciones no solo aparecen en el parto, sino que el útero “practica” a lo largo de todo el embarazo con las llamadas contracciones de Braxton-Hicks, que se pueden tener incluso cuando no se está embarazada. El útero es un músculo que se mueve, por ejemplo, cuando se tiene la regla; estas contracciones son una de las causas más frecuentes de dismenorrea o dolor de regla. Lo normal es que en el primer y segundo trimestre de gestación se perciban entre 4 a 6 contracciones diarias y el en tercer trimestre unas 10 contracciones por día.
Las contracciones también son fundamentales en el posparto para reducir las pérdidas de sangre durante la expulsión de la placenta y favorecer que el útero recupere el tamaño anterior al embarazo.
En las primeras semanas de embarazo, las contracciones pueden considerarse fisiológicas siempre y cuando sólo se manifiesten de forma leve y ocasional. El útero empieza a expandirse para acoger al embrión y las estructuras musculares se distienden, como una goma, para dejar espacio a una nueva vida.
En este período, las contracciones pueden producirse de forma especial en los días en los que se habría tenido la menstruación o bien como consecuencia de un esfuerzo físico.
¿Cuándo hay que preocuparse? ¿Cuándo son peligrosas?
Si son molestas, similares a un dolor menstrual más bien intenso en la zona del hipogastrio y, sobre todo, se presentan con una cierta frecuencia y a intervalos regulares y están acompañadas de pérdidas de sangre más o menos abundantes. En este caso, las contracciones representan una señal de alarma e indican la necesidad de someterse a una exploración inmediatamente.
Si las contracciones van acompañadas también por manchas, pérdidas de sangre y dolor de barriga, se aconseja consultar a un médico para descartar las posibles causas, por ejemplo un embarazo ectópico o un aborto espontáneo.
También es probable que la embarazada crea que está teniendo contracciones cuando, en realidad, el endurecimiento del útero esté causado por una postura del feto. Si nota el vientre duro en una o varias partes pero blando en otras, puede que se trate de la cabeza, la mano, el pie o las nalgas del bebé ejerciendo esa fuerza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario