jueves, 9 de noviembre de 2017

Ruptura prematura de la membrana fetal

Hoy vamos a hablar de una complicación que puede suceder durante el embarazo, la ruptura prematura de la membrana fetal.

La membrana fetal, también conocida como membrana corioamniótica o membrana amniocoriónica es la membrana que recubre al embrión y posteriormente al feto, y al líquido amniótico que lo recubre. Importante no confundirla con la placenta, cuya composición y funciones describiremos en otra entrada específica.

Esta membrana se rompe en el momento del parto para que el bebé pueda salir del útero, sin embargo, puede darse la posibilidad de que esta membrana se rompa de manera prematura, es decir, antes del proceso de parto. Si se rompe antes de la semana 37 de gestación, adquiere el nombre de ruptura temprana de membrana fetal pretérmino, y supone un peligro que aumenta las posibilidades de mortalidad y morbilidad tanto del feto como de la madre.

Aún se desconoce exactamente cuales son las causas directas asociadas a esta enfermedad. Probablemente sea una combinación de factores fisiológicos, bioquímicos, patológicos y ambientales. Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que la infección intraamniótica puede causar la ruptura temprana de la membrana.

Durante los últimos años se han realizado numerosas investigaciones para esclarecer qué factores de riesgo están asociados y su grado de implicación, así como la fisiopatología de la enfermedad.

La ruptura prematura se asocia a una excesiva debilidad de la membrana. Existen algunas enfermedades del tejido conectivo que producen una membrana más débil y mayor riesgo de padecer RPM como el síndrome Ehlers-Danlos y el lupus eritematoso sistémico.

Por cortesía de infogen.org.mx

Diversos estudios han puesto de relieve la importancia del factor nutricional, asociando la presencia de la enfermedad a deficiencias en algunos nutrientes. Bajas concentraciones de cobre en la sangre materna, deficiencias en ácido ascórbico o vitamina C, aumentan las posibilidades de producir la enfermedad.

Las deficiencias de hierro y la anemia, pueden generar una hipoxia que estimule la producción de la hormona corticotropina, cuyos niveles excesivos son peligrosos no solo por la RPM, si no también de otras complicaciones como el desarrollo intrauterino o infecciones.

Aunque las investigaciones no son tan concluyentes, la vaginosis intrauterina puede considerarse un factor de riesgo asociado a esta patología. Lo mismo puede decirse del tabaquismo.

Sin embargo, diversos estudios no han podido demostrar una influencia de los niveles de cortisol, no pudiendo asociar el estrés, la depresión o la ansiedad crónicas al desarrollo de esta enfermedad.

Siendo el principal factor de riesgo la infección intraamniótica, lo más recomendable para la prevención de la RPMP es el cultivo de líquido amniótico, para detectar la infección, poder tratarla temprano y que afecte lo menos posible a la integridad de la membrana fetal.

Esperamos que esta información les haya sido de interés. Para más información, consulte con su médico sobre esta posible complicación y, si lo ve necesario, realizar la prueba diagnóstica para lograr una detección temprana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Crecimiento del bebé mes a mes

  Buenos días queridos lectores y lectoras de este blog. En esta última entrada vamos a hablar del crecimiento del feto mes a mes. Segura...