En la entrada de hoy hablaremos de otra prueba diagnóstica complementaria o alternativa a la amniocentesis, de la cual hablamos en la entrada de ayer. Se trata de la biopsia corial, una prueba muy similar a la amniocentesis y a la cordocentesis, de la cual hablaremos mañana más detalladamente.
Esta prueba es recomendable realizarla cuando el cribado bioquímico del que hablamos en la entrada de la translucencia nucal da un riesgo elevado para trisomía 21 o Síndrome de Down, cuando ha existido alguna anomalía cromosómica en gestaciones previas, cuando existe un desajuste de más de una semana en el desarrollo gestacional en el caso de tener gemelos o en los antecedentes de los progenitores y para confirmar el diagnóstico de implantación embrional en procedimientos de reproducción asistida.
Para detectar posibles anomalías cromosómicas, la prueba de la biopsia corial es más recomendada que la de la amniocentesis.
Se realiza durante las semanas 10 a 14 de embarazo, cuando la placenta ya ha terminado de formarse completamente y pueden distinguirse todos sus componentes. Uno de ellos es el corion, que está compuesto por diferentes sustancias bioquímicas y nutrientes.
Para acceder al útero y poder realizar la extracción de la muestra del corion, pueden utilizarse dos vías distintas: la transcervical y la transabdominal.
Esta prueba es recomendable realizarla cuando el cribado bioquímico del que hablamos en la entrada de la translucencia nucal da un riesgo elevado para trisomía 21 o Síndrome de Down, cuando ha existido alguna anomalía cromosómica en gestaciones previas, cuando existe un desajuste de más de una semana en el desarrollo gestacional en el caso de tener gemelos o en los antecedentes de los progenitores y para confirmar el diagnóstico de implantación embrional en procedimientos de reproducción asistida.
Para detectar posibles anomalías cromosómicas, la prueba de la biopsia corial es más recomendada que la de la amniocentesis.
Se realiza durante las semanas 10 a 14 de embarazo, cuando la placenta ya ha terminado de formarse completamente y pueden distinguirse todos sus componentes. Uno de ellos es el corion, que está compuesto por diferentes sustancias bioquímicas y nutrientes.
El corion es la parte naranja, las ramas de la derecha son las vellosidades coriónicas, responsables del intercambio de nutrientes entre la madre y el feto. |
- Por la vía transcervical se accede a través de la vagina y el cuello del útero. Con la ayuda de un ecógrafo y unas pinzas semirrígidas, se accede a la zona donde están las microvellosidades coriónicas, de las cuales se obtendrá la muestra. Es un procedimiento que requiere un alto grado de asepsia por la posibilidad de contaminar la zona. No obstante, es menos invasivo que la vía transabdominal al no requerir puncionamiento.
- Para la vía transabdominal se emplea la misma técnica que en la amniocentesis.
Las complicaciones que puede ofrecer la biopsia corial son similares a las de la amniocentesis. Existe un riesgo del 1% de aborto prematuro a
causa de este procedimiento. Esto suele ser debido a una infección
asociada o a daños producidos por la propia aguja al atravesar el saco
amniótico.
También existen riesgos de transmisión de enfermedades de la madre al feto, como el VIH y la hepatitis C, razón por la cual está especialmente contraindicado en madres que padezcan estas enfermedades.
El resultado de la prueba suele tardar entre 2 días y una semana. No requiere cultivo, por lo que depende únicamente del análisis bioquímico de laboratorio.
Esperamos que les haya sido útil la información de hoy. Recuerden que estas pruebas deben realizarse por recomendación del ginecólogo, por lo que no es necesario preocuparse en caso de no recibir ninguna sugerencia de su parte.
Mañana hablaremos sobre otra prueba diagnóstica similar a la amniocentesis y la biopsia corial, la cordocentesis.
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